Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://arranlccg444562.aboutyoublog.com/46901890/el-cabezazo-de-zidane-y-sus-repercusiones-mediáticas